sábado, 22 de noviembre de 2014

SI DIOS QUIERE, MIS PLANES SE REALIZARÁN.

Mi relación con mi novia era muy sólida, nos queríamos mucho mi futuro estaba planeado teníamos 23 años y estudiábamos en la misma escuela y casarnos era lo que siempre planéabamos. Yo trabajaba y me sostenía por mis propias manos, mi madre siempre me decía no planees sin antes pedir permiso a Dios y la frase que siempre usaba era “Si Dios Quiere”.
Un día el destino me cambió de un segundo a otro, salí de mi trabajo y corría a la parada del autobús, era un poco tarde, mientras miraba mi reloj sentí un golpe ensordecedor, mientras sentía el dolor que inundaba mi cuerpo, un rechinido de llantas sonaba fuertemente, recuerdo que no supe nada más hasta que con un poco de trabajo abrí los ojos y miré un auto sobre mí cubriendo mi cuerpo y mucha gente alrededor, recuerdo como de entre toda esa gente un llanto aturdía -¡Mi Madre!- pensé, desde lo lejos se podía escuchar el eco de las tristes sirenas de una ambulancia, poco a poco comencé a sentir un sueño no común a los demás, sino un sueño que te vencía por más que trataras de tener los ojos abiertos, mis pies y manos dejaron de responder y poco a poco fui entrando a el sueño profundo.
Ahora aunque nadie me ve, nadie me saluda y me pregunta como estoy, nadie me da un abrazo o un beso y me dicen que me aman, los visito, mi novia, la que era mi novia en vida parece ser que encontró a otra persona, mi madre aunque me duele y lloro todas las noches con ella cuando en sus oraciones estoy, no lo sabe, pero sufro con ella, ahora comprendo la razón que mamá tenía en pedir permiso a Dios para los planes futuros.
Ahora mis planes de formar una familia y tener un hijo a quien arrullar en los brazos ya no existe, mis planes ahora son volverme a reunir con todos un día y vivir una vida mejor si Dios quiere.
Cuantas veces hacemos planes y creemos tener el mundo en nuestras manos, sin detenernos a pensar que lo que sabemos, no es nada con lo que deberíamos saber, y que lo que tenemos de nada sirve, si no tenemos vida, y aún así no miramos a Dios, para darle gracias por la vida, y por su protección.










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