León, el perro fiel a su
dueña. Su dueña murió en las inundaciones de Río y la mascota no se movió de la
tumba. Finalmente fue rescatado por una asociación, asustado y hambriento, pero
ileso.
León se resistía a dejar el
sitio donde se encuentran los restos de su dueña. Los vecinos del lugar lo
habían rebautizado como Caramelo y contaron que el perro deambulaba por las
calles del barrio Caleme, uno de los más afectados por el temporal, pero que
volvía siempre a la tumba y cada vez que lo hacía, escarbaba la tierra.
El personal de Protección
Animal de Río de Janeiro ha rescatado a más de 180 animales en Teresópolis y
Petrópolis con ayuda del Instituto de Ambiente de ese estado y de ONGs, los
cuales son llevados a un refugio y los perros que no sean reclamados por sus
dueños, serán dados en adopción.
Aunque los perros no poseen
noción de lo que es la muerte, su fidelidad a los amos es digna de mencionar;
sólo son felices en su compañía y no son capaces de soportar su ausencia; es
por ello que no quieren abandonar la tumba del dueño: siempre permanecen allí a
la espera de que éste regrese.
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