Un día, sin mas ni mas, te
das cuenta que el mundo en el que vives no es real,que todos tus sueños de ser
una familia normal son solo eso, sueños, que 4 palabras pueden cambiar la forma
en que vives y pueden mover tu mundo en 3 segundos.
Teníamos dos años de
casados cuando esto sucedió, y déjenme decirles que no me extrañó.
A pesar de lo doloroso que
puede llegar a ser el momento, siempre he creído que cuando algo es para ti
simple y sencillamente lo debes dejar ir, tal vez regrese.
No me equivoqué.
No hubo lágrimas ni llanto,
solo una pregunta “¿Por qué?” creo que es justo saber en que has fallado,
aun teniendo la certeza de que NO has fallado, solo preguntas “¿Por qué?” te
pueden dar infinidad de respuestas, pero cuando alguien no quiere estar contigo,
simple y sencillamente lo debes dejar ir.
Yo eso hice.
No habían pasado ni dos
horas cuando me llamó por teléfono y me dijo que era un tonto, que lo
perdonara, que no sabía lo que decía y que olvidara lo que había pasado.
¿Olvidar? Esas cosas no se
olvidan, podremos vivir felices, podremos amarnos y respetarnos, podremos ser
una familia, pero esas cosas NO se olvidan.
Algo me queda muy claro: El
esta conmigo porque quiere, yo estoy con el porque quiero, pero el matrimonio
no es un contrato ni mucho menos, nadie esta atado a nadie, y así como un día
dijo “Ya no te amo” con tanta facilidad, lo puede volver a hacer.
Se acabaron las ilusiones
de envejecer juntos y del “hasta que la muerte nos separe”, lo único que queda
es disfrutar el momento, disfrutar nuestra familia día a día porque mañana
quizás decida que “Ya no te amo”.
Colaboración de Faridi Fernández
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